miércoles, 8 de julio de 2009

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Ella lloró escuchando su canción, y
con su llanto me dictó la música y
la letra. Secó sus lágrimas con mi edredón, y mi guitarra y yo nos acostamos junto a ella.
Sol, fa bemol, mi menor... Un par de acordes y se emocionó Ameliè se enamoró, y si se enamora ella, me enamoro yo... me enamoro yo.
Llegó a mi vida por casualidad, aunque ninguno de los dos en ella confiemos.
Hay ciertas cosas que deben pasar, que sabio es el destino quiso que nos encontremos.
Ameliè, Rodrigo y yo, mirala que astuta la luna no pide cuentas al sol.
Y San Lorenzo lloró como Ameliè cuando escucho su canción... cuando escuchó su canción

Diga lo que diga, haga lo que haga,
la malabarista te conquista con miradas.
Porque tiene duende, porque tiene gracia,
miles de locuras y la suya la más sana.
Dos gomas para el pelo de color, disimulaban la fragilidad de su cabello.
Cada coleta tiene una razón, y no hay razón para que viva llena de complejos.
De pronto un día desapareció, a veces llama y dice"A ver cuando nos vemos" "Por mí mañana, y hoy por tí mi amor".
El caso es que al final ninguno de los dos lo hacemos...
Diga lo que diga, haga lo que haga, la malabarista te conquista con miradas. Porque tiene duende, porque tiene gracia, miles de locuras y la suya la más sana.
Ameliè se despidió...

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